Cuando el compositor Gustav Mahler (Marcello De Nardo) muere en 1912, su esposa Alma (Emily Cox) ya no tiene que preocuparse por asuntos materiales. Socialmente también está segura: la alta sociedad vienesa adora literalmente a la viuda del músico. Pero a Alma todo esto le repugna. Esta es una de las razones por las que se embarca en un romance con el pintor expresionista Oskar Kokoschka (Valentin Postlmayr), a quien le gusta nadar a contracorriente de la sociedad y provocar con su obra.
Pero ambos pronto se dan cuenta de que proceden de dos mundos fundamentalmente distintos y empiezan a surgir los problemas: Oskar quiere a Alma, su musa, entregada completamente a él y, por ello, los celos se apoderan a menudo de el artista. Alma, sin embargo, persigue la libertad y quiere crear arte ella misma en un mundo dominado por los hombres. Por estos motivos, esta relación amorosa parece condenada al fracaso.