Febrero de 1927. Tras la muerte de Marcel Péricourt, su hija Madeleine se hace cargo del imperio financiero del que es heredera. Sin embargo, el hijo de ésta (Pau) la encamina hacia la bancarrota, en un movimiento inesperado y trágico. Ante la oposición de los hombres, la corrupción de su entorno y la ambición de quienes la rodean, Madeleine tendrá que hacer todo lo que esté en su mano para sobrevivir y rehacer su vida. Tarea tanto más difícil en una Francia que asiste impotente a los primeros síntomas del incendio que está a punto de asolar Europa.