Judith, Fanny y Michel forman parte de un programa de supervisores profesionales y voluntarios que establecen dialogos a través de sistemas seguros entre perpretradores de delitos y sus víctimas. Este programa ofrece estas oportunidades en Francia desde 2014, a través de una justicia reparadora. Gente como Gregoire, Nawelle y Sabine, víctimas de robo, o Chloe, víctima de incesto y de violación, se apuntan a este programa de justicia reparadora para ponerse en contacto con sus agresores. Sus historias se convierten en viajes donde se dan de la mano la ira y la esperanza, el silencio y las palabras, las uniones y el desamor, la conciencia y la confianza, en pos de llegar a la sanación como destino final.