La vida es complicada para Richard Montanez. El hombre, hijo de inmigrantes mejicanos, creció trabajando en una granja recogiendo uvas hasta convertirse en conserje de la compalía Frito-Lay. Sin embargo, un día todo cambia. Montanez consigue una bolsa de Cheetos en la que, de forma accidental, no se le ha añadido ningún tipo de sabor. El conserje decide aprovechar la oportunidad para poner los ingredientes que desee. De forma inesperada, esta nueva receta causa furor y se acaba convirtiendo en el sabor Flamin' Hot, un sabor que acaba convirtiendo a Montanez en el Padrino del Márketing Multicultural.